En cada estación me hipnotizas
con el despliegue de tus colores,
haces que la vida fluya
entre vientos y torrentes
con sol y lunas,
presionada por nosotros
tus huéspedes ocasionales.
Gracias por transmitir
la nostalgia de los otoños,
por enseñar la paciencia
del recogimiento de los inviernos,
por hacernos buscar frescor
en los días largos del verano
y por sentir tu fuerza imparable
en el avance de la primavera.
Discúlpanos el no ser conscientes
del regalo de tu naturaleza.