domingo, 10 de diciembre de 2017

Para construir...


Para construir
mi paraíso te necesito,
ya que sin ti
no me sería posible.
Tú eres mi primer deseo.
Tal vez sea egoísta,
pero he decirte que eres libre,
tanto para entrar,
como para permanecer
o para salir alejándote,
dejándome entre bosques de nostalgia.
La última opción me dolería,
pero sería debido a la insipidez
de mis actos,
seguramente no te habría amado
con la atracción
del océano por la luna,
o no hubiera tenido la pasión
de un florido almendro,
explotando de vida
entre la niebla y el frío,
cambiando el invernal paisaje
que hace que el sol
agradecido y sonriente
le envíe ramos de rayos
lapislázuli y anaranjados.
Tal vez me dirás que exagero,
que esto es una locura,
y seguramente
tendrás toda la razón,
pero es lo que siento,
después de todo
sólo soy un loco de amor.

Mateo Redondo Calonge

Poesía comprendida en el libro de poemas “Inolvidable”, de venta en Amazon.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Inquietud en el amor.



Entre roces y palabras tiernas sus corazones se mecían,
mientras sus pensamientos eran cómplices en deseos,
en intentar parar el tiempo y que la noche no avanzase,
tras aquellas pletóricas noches de roces y besos.
Deseaban que el amanecer que emborrona el cielo estrellado
se despistara llegando tarde a su solemne cita.
Aunque no querían que el sueño les venciese
la relajación de sus sentidos evidentemente les alcanzaba.
Les molestaba separarse tras el brillante alba
de amaneceres encendidos con aromas entrelazados,
ya que debían de tomar sendas que se alejaban.
Pensaban que el día bromeaba alargando la jornada
haciendo que sus añoranzas trotasen sin descansar.
¡Estaban inmersos en el amor!
Se completaban el uno al otro con alegría, ilusiones y vida
como una colorida floración en una radiante primavera.
¡Cuántos matices tiene el amor!
Pero, un día mientras uno con ansia esperaba
el otro no se presentó, sin tan siquiera avisó.
¡Ay! Cómo se extendió la loca inseguridad
al que con incertidumbre e inquietud aguardaba.
Más tarde llegó un escueto y quebradizo mensaje
lamentando el no desear continuar la relación.
Tras leerlo aquel que confiaba sin desearlo se sumergió
en sentimientos opacos de decepción que lo arrastraron
hasta el torbellino punzante del desespero.
La pesada desdicha le aprisionó con firmeza
entre su manto de múltiples interrogantes.
¡Qué inmenso es el desasosiego!
Lo que para uno era un profundo romance,
para el otro, tan sólo fue un ardiente escape.
Del que esperaba no salió ningún reproche
ya que el concepto que tenía del amor
era dar y lo primero que había que otorgar
sin ninguna duda era ampliamente libertad.


Mateo Redondo Calonge



Imagen de PicsArt (free to edit).

domingo, 26 de noviembre de 2017

La sorpresa.

La sorpresa.
Tras coincidir sus miradas,
miel una y esmeralda la otra,
se encendieron deseos ocultos
que hasta ese momento
habían dormido camuflados
como gemas en un arroyo.
Notaron el vaivén de los mares
recorriendo sus interiores,
el cual enardeció la impaciencia
en sus rosados despertares,
necesitando con egoísmo saber
si necesitaban un istmo
que entrelazara sus cuerpos
o un sereno estrecho
que uniera sus aguas exaltadas.
Se dejaron llevar por el viento,
con lo que sus labios se probaron,
uno encontró sabor a ciruela
y el otro a granada y uva.
Sorprendidos por todo aquello
caminaron juntos para descubrirse,
despacio, ilusionados, atentos
y por supuesto, cogidos de la mano.

Mateo Redondo Calonge


Imagen de PicsArt (free to edit).

lunes, 20 de noviembre de 2017

Aquel encuentro

El latido de aquel recuerdo
aún perdura en la esfera
de sus memorias activas.
Fue una sorpresa audaz.
El destello de una chispa
hacía dos direcciones opuestas
atrajo sus ingenuas miradas.
No se sabe que les ocurrió,
aunque seguramente
ambos sintieron lo mismo.
¡Qué torpes fueron!
Tal vez se embelesaron
al sentir el recorrido
de esas aguas saltarinas
por sus universos asombrados.
Se perdieron sin darse cuenta
entre los senderos iluminados
de calles con ruidos de coches
y devenir de peatones despistados.
Tal vez se reencuentren, tal vez.
Ojala puedan volver a encender
el fascinante destello
de esa pacifica luna que habita
en sus serenas y sorprendidas almas.
Fue un sábado al atardecer
cuando mirándose se tocaron.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Esperando.

Dormía como una caracola
abrigada por helechos
sobre un diván de algas.
Sus líneas rectas
armonizaban con las redondeces
de sus mullidos labios.
Me hubiera gustado posar
mis impetuosos labios
en su pacífica boca,
pero, no quise sobresaltarla
y esperé resignado
su tranquilo amanecer.
Se desperezó enseñando
sus blancas manos
entre las suaves vainas
de clorofila y lana,
su sonrisa esclavizó mi mirada,
dejándome a la expectativa
de que me recibiera
entre sus cálidos brazos.


viernes, 10 de noviembre de 2017

Días de aire.


Eran días de aire galopante
de fantasmales voces
silbando entre las rendijas,
de ululantes conciertos
entre cimbreantes ramas,
de flotantes hojas rotas
arrancadas de cuadernos desechados.
Hastiado del confort
y de las mil imágenes,
salí a sentir
los soplos curvados
con vectores dispares.
Se coló entre mi ropa,
con ímpetu, con ansia,
eso era lo que yo quería,
notar su fuerza indómita,
sentir bailar los cabellos
con su golpe de voz.
¡Ayúdame!
Le dije gritando.
¡Llévate mis cargas!
¡Mueve mi plácida vida!
¡Quiero vibrar!
Nada de seguir templado,
quiero arder, quiero sentir el hielo,
detesto mi pétrea comodidad,
deseo sentir el galope
de mi tranquilo corazón,
por amor, por cien emociones.
¡Sacude mi existencia!
Quiero poder decir
yo hice esto,
a mí me pasó aquello,
allí estuve,
¿qué me vas a contar?
Todo eso y más deseo vivir.
Se acabaron las teorías,
suspiro por experimentar,
por vivir
la precariedad de los días.
¡Arrecia sin dudarlo!
Pues quiero ver
todos los colores,
saborear todas las aguas,
oír todos los instrumentos
y sentir la pasión en unos labios.

Mateo Redondo Calonge

Hace ya algún tiempo que desee
todo lo que expongo en este poema
y os he de decir que a partir
de ese lúcido momento
todo mi paisaje cambió”.

Este poema está incluido en el libro
Pensamientos de una gota que cayó
de una nube.

Podéis encontrarlo en Amazon.

domingo, 29 de octubre de 2017

Parte de un todo.

Al contemplar la noche
con brillos lejanos en su bóveda
me siento insignificante
entre tanto espacio infinito,
diminuto entre tanta grandeza.
Pero cuando acepto
que soy parte de ese todo,
sonrío al ver el refulgir de los astros
y siento en mi interior
el calor de un hogar de piedra,
aquel donde albergan llamas
que crepitan en inviernos prolongados.
La singularidad de esa grandeza
hace que mis aguas se eleven
haciendo que gotas redondas
preñadas de amor
resbalen por mis asombradas
ventanas entreabiertas,
recorriendo con dulzura
paisajes ondulados, cóncavos,
y también algunos convexos.
Entonces el aire brinca
en una comba invisible,
movida en un extremo
por el latir del universo
y en el otro, como no,
por el ritmo floreciente
de mis anhelos contenidos.


Mateo Redondo Calonge












viernes, 20 de octubre de 2017

Lo reconozco.

Tuve envidia.

Lo reconozco.
Vi una pareja abrazada
que me recordaba a nosotros.
Añoré la luna brillante
de la incredulidad efímera
en tus ojos claros,
tu risa infinita,
el calor de las manos,
los melosos labios
y los abrazos de enredadera.
En esos momentos
con un infantil egoísmo
al necesitar tu presencia
y tras una lágrima furtiva,
se abrió la compuerta
de un “te odio”.
Entonces, entonces,
con un clamor ensordecedor
de un salto de agua,
grité en mi interior:
¡Basta!
Y cuando el eco dejó de cesar
recogí mis recuerdos magullados
en el plateado hangar
de los sueños de enamorados.

Mateo Redondo Calonge


martes, 17 de octubre de 2017

Fuego en el aire.

Últimamente escribo semanalmente o una poesía o un cuento o un relato, pero esta semana me es difícil “subir” algo, no es debido a que no tenga material, es que no puedo vivir en un microcosmos paralelo a lo que está ocurriendo en la sociedad a la que pertenezco y los hechos son prioritarios.
En algunos libros he leído que a veces los individuos exteriorizamos lo que en nuestro interior son verdades absolutas, pero claro, eso es una visión subjetiva, con lo que dichas personas en posesión de la verdad dictaminan sin parpadear: El fin justifica los medios (Maquiavelo).
De ahí surgen entre otros los pirómanos.
Sus acciones, en una sociedad civilizada y avanzada no tienen cabida. Y con ello me refiero a los pirómanos materiales, pero también a los pirómanos que desde tribunas o medios de comunicación incitan a dejar una tierra carbonizada y quebrada.
Según los científicos pertenecemos a la subespecie “Homo sapiens sapiens”, pero tengo mis dudas sobre la doble “sapiens”, ya que antes de llegar a un dialogo, se aplican una serie de acciones coactivas por parte de los grupos que en un momento preciso ejercen el poder.
Espero que llueva, que el agua empape la tierra y apague cualquier incendio que aún no tengamos extinguido y en cuanto a los enfervorecidos oradores, les diría que tengan en cuenta los criterios básicos universales, para que se humedezcan con esas directrices.

De todas maneras, sin estar en mi deseo el herir la sensibilidad de nadie, me gustaría darme de baja del “Homo sapiens sapiens”, ya que a muchos de mis congéneres (hasta este momento), ni los entiendo y ni estoy de acuerdo con su proceder.

domingo, 8 de octubre de 2017

Un día de otoño.

Habrá un día del otoño
en el que tendrás que pasear
sin saber el adecuado por qué,
tan sólo sentirás un impulso
de ver el mar y el cielo
en una quietud inusual.
La lluvia habrá cesado,
el viento estará calmado,
y te darás cuenta de todos
los tonos que comprenden
desde azules a encenizados.
No te desagradará el aroma
que salado flota en las orillas
de una playa compactada
que parece tras el chubasco
una tierra chocolatada y no
como en tu estival recuerdo
de cóncavas arenas claras.
Sin ser consciente de tus pasos
dejarás que tus pensamientos
fluyan desde las estanterías
de tus recuerdos ordenados,
te dirás con tono amable
que esas memorias son pasado
y entonces, tras el suspiro,
desearás con afán descubrir
a quien contenga en su sonrisa
las líneas de la primavera.

viernes, 6 de octubre de 2017

Microrrelatos.

Hola amigos. He enviado un par de microrrelatos a un concurso, uno de ellos debía de contener un máximo de ciento cincuenta caracteres y el otro (más extenso), un máximo de mil doscientos caracteres. Os adjunto los links por si os apetece leerlos. Además podéis votarlo si pensáis que son merecedores de ello.
Gracias por leer y saludos.

Links:

http://www.signoeditoresliteratura.es/al-verla-mateo-redondo-calonge/

http://www.signoeditoresliteratura.es/cruce-mateo-redondo-calonge/

lunes, 25 de septiembre de 2017

Por favor, no te abandones.

Por favor, no te abandones.
Hay muchos que te miran,
otros tantos que te admiran
y otros menos no tanto.
Hay quien no puede correr
y sin embargo camina,
hay quien no puede danzar,
pero sin embargo baila
y baila con tanta alegría
que sin saberlo todo su ser
se une a la música
con la armonía de una
excelente danzarina.
Por favor, no te abandones.
Si te encuentras una cuesta,
súbela, pero súbela con fervor,
despójate de enfados
de culpar al universo
o a los que viajamos por él,
no hagas comparaciones
pues nublarán tu brújula
haciéndote empeorar tu avance.
Por favor, no te abandones.
En ti está la facultad
de recibir y provocar eclipses
pues eres un astro celeste.
Con lo obstinada que eres
es seguro que avanzarás,
además, sabes que no estás sola
ni aunque quieras.
Por favor, no te abandones.
Sincérate contigo,
usa tu objetividad
como sólo tú conoces
para encender voluntad,
entusiasmo y esfuerzo.
En las primeras rampas
vas a ir acompañada
hasta que tu ritmo
sea como un latido constante.
Por favor, no te abandones,
ya que en el firmamento
no puede dejar de brillar
tu imparable estela.


martes, 19 de septiembre de 2017

No, no estoy solo.

Es difícil que me sienta solo.
¿Cómo puedo convencerte?
Puede que a veces sienta decepción,
pero, ¿quién no?
Debe ser por esperar algo que no llega,
o por la actitud de alguien que importa,
¿qué más da?
Después de todo me veo reflejado
en esas situaciones que ahora ya
no me son importantes como antes.
No, no estoy solo.
¿Cómo puedo convencerte?
Aunque me veas caminar sin compañía,
o tal vez, observar una puesta del sol
sentado en cualquier escalón o banco
y no haya nadie conmigo,
no pienses que estoy solo,
ya que el mismo aire abre
en mi memoria los recuerdos,
las ilusiones, los futuros planes
y otras maravillas intangibles,
como por ejemplo sentirme
acompañado por la brisa,
por una tenue luna que comienza
su visible recorrido tras
ese oeste que no puede retener
la luminosidad del sol que se va.
No, no estoy solo.
Convéncete.
Lo que ves son momentos
de algunos días concretos
donde camino, contemplo y escribo.
No sé lo que hecho, pero,
ya hace tiempo que la soledad
dejó de viajar conmigo,
se fue sin despedirse,
tan sólo un buen día
se desvaneció como el rocío
en el amanecer de mi confianza.
Tal vez sea un soñador,
capaz de imaginar
cualquier disparate         
en ocasiones puntuales,
bueno, a lo mejor no tan exactas.
Puedo pensar, por ejemplo,
que una jirafa danza
al son de notas silbantes
en una sabana no muy lejana
y que la noche es fantasmagórica.
Puedo pensar, por ejemplo,
otras muchas cosas
que se escapan de lo natural,
de todo lo que puede ser
medido, pesado, concreto
y que pueden ser increíbles.
No, no estoy solo.
Convéncete.
Porque yo estoy convencido.



martes, 12 de septiembre de 2017

Deseé quedarme

Fui una gota de aquel riachuelo
de montaña en el que te bañaste.
Mientras corría por tu piel sentí
el calor y la vida que hay en ti.
Deseé quedarme para siempre
dando frescor a tu cuerpo,
y yo, en mi imprevisto egoísmo
deseé quedarme en ese refugio
que desconocía hasta ese momento.
Cómo me hubiera gustado
poder alargar el tiempo
permaneciendo completa
entre tus senderos,
aun así una parte se coló
entre tus perfectos poros,
pero la otra parte,
se desvaneció con la brisa
mientras cantaba:
Hubiera vivido contigo
al igual que una estrella
en el mismo cielo.


lunes, 26 de junio de 2017

Encajáis


En ocasiones los embates

que nos otorga el camino,

hace que tras ellos, algunas personas

se encuentren desplazadas

al contemplar el devenir de los demás.

Caminan con desgana en el corazón

pensando que la culpa es de ellas,

y eso… no es cierto.

Sienten que sus esperanzas

se difuminan encerradas

en algún sitio desconocido.

Intentan contra corriente

encontrar  esa llave liberadora

la cual junto a sus sueños

y a ese invisible coraje

que sin ser ellas conscientes

les acompaña cada día.

Se refugian en sus soledades

con inventadas armaduras

que las hagan invisibles

ya que creen que no son

parte de ningún mundo,

y eso… no es cierto.

En ellas (en vosotras),

existen de siempre

los colores primarios

con los que podéis inventar

la tonalidad necesaria

para que sin ninguna duda

encajéis donde vuestros pasos

os lleven, aunque sea despacio.

¡Vosotras encajáis!

Tenéis el azul del firmamento

para que vuestros sueños

no tengan medida,

el rojo para que la energía

corra por vuestro cuerpo de barro,

el amarillo para que brilléis

y podáis transmitir la calidez

que en vuestro interior

lucha por fluir

ayudando a las frías piedras

a emanar calor de hogar.

Escondido está el color blanco,

el que es vuestra conciencia;

no lo cubráis, pues os ayudará

a despejar los espacios oscuros.

¡Vosotras encajáis!

De eso nadie tiene duda.

Entonces,

¿por qué dudáis vosotras?
El primer dibujo.
El dibujo final.

Aquí estamos algunos de los amigos con las camisetas pintadas a mano.

viernes, 2 de junio de 2017

 
 
La protagonista de la novela aprende a meditar y en uno de sus ejercicios se "cuela" en una de las cartas del tarot ...
 
El enamorado.
La carta era la número seis, estaba escrito arriba en números romanos, en la parte inferior ponía ‘El enamorado’, la lámina representaba en su centro a un hombre. A  cada lado del hombre había una mujer, las dos mujeres se parecían pero no eran iguales, aunque sus vestidos se asemejaban mucho. Por encima del hombre un ángel parecido a Cupido, con un arco y una flecha.
Tal y como había aprendido en el libro, tomé aire e intenté poner mi mente en blanco, cerré los ojos y me concentré en visualizar las imágenes de la carta.
Sin darme cuenta me introduje en el grabado, sus ocupantes me parecieron reales y comencé a interactuar con ellos.
En las mujeres, al contemplarlas con detalle, diferencié sus rasgos, una era más joven que la otra, también su ropa se veía más jovial y además ella sonreía, la otra dama era de aspecto más severo, e iba vestida concorde a su seriedad. El ángel nos miraba a las tres, en especial a mí.
-¿Qué camino eliges? -me preguntó el ángel.
-Lo siento, pero es que no sé cuál es el idóneo -le contesté.
-Has llegado a este cruce de caminos y ahora tienes que elegir hacia dónde quieres ir.
-Desconozco hacia dónde llevan -le contesté con algo de preocupación.
-Estas mujeres representan lo espiritual y lo material, elige hacía dónde quieres encaminarte, si eliges el camino material toda tu existencia estará enfocada a obtener los placeres mundanos, los frutos de la materia; en cuanto al espiritual te llevará a contemplar lo invisible, a ser consciente de tu propio ser interior.
-El espiritual -le respondí sin dilación.
-Así sea -dijo, tensó su arco y me lanzó una flecha, la cual se desvaneció al llegar a mí.

...