viernes, 4 de diciembre de 2015

UN DIA COMPLETO

Poesías sobre las pequeñas cosas que en ocasiones nos completan el día.
Disponible en amazon.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Comida perfecta (food perfect)

Es la historia de la fragilidad de unas mujeres inmersas en una niebla de soledad.
Se unen de una manera entrañable para apoyarse en sus sueños, en su día a día...
Podéis encontrar el relato en ebook o en edición impresa en amazon.


martes, 1 de diciembre de 2015

PENSAMIENTOS DE UNA GOTA QUE CAYÓ DE UNA NUBE

Poesías de trayectos, de vivencias, de sueños,...

Encontraréis el libro en amazon, tanto en ebook como en edición impresa.

sábado, 28 de noviembre de 2015

DUDAS INESPERADAS en edición impresa.

Tras las opiniones de los lectores, me ha parecido adecuado subir el libro impreso (hasta ahora ha estado sólo en ebook en Amazon). Hay comentarios "enfrentados", por una parte hay personas que opinan que el final ha sido algo casi natural, pero, en otros comentarios dicen que no están de acuerdo con la decisión de los protagonistas.
Al margen de esta sana polémica, para mi este libro fue al acabarlo el que me animó a seguir escribiendo, ya que me marqué unos plazos (muy cortos), para desarrollar la historia. Deseaba saber si era capaz de realizarlo.
Este es el enlace a la edición impresa:
 

jueves, 2 de julio de 2015

Sintiendo la soledad

Cómo me gustaría poder volver a sentir
el ánimo y el frescor de un manantial de montaña,
que me ayudara a apagar la incandescente soledad
de mi alma errante en el desfigurado camino.

Cómo me gustaría poder volver a caminar
entre prados verdes, húmedos y extensos,
que me ayudara a orientar mi alma
y que el magnetismo de la tierra trepara por mis pies.

Cómo me gustaría poder volver a mirar
las nubes pasajeras del cielo azulado,
que me ayudara a desvestirme de la vergüenza ajena
por haber sido sin remedido, un cofre de necedades.

lunes, 22 de junio de 2015

La verbena


Fue una noche de verbena
entre risas y alegría,
bailando pop con rebeldía.
La música marchosa cambió
a melodías sin emoción.
El grupo se disolvió
y yo de la zona de baile salía
cuando ella me paró.
Estaba delante mío,
quieta, esperándome.
Nos sonreímos
y cogidos
comenzamos a bailar.
Del grupo nos conocíamos
y vernos bailar
a nadie debió extrañar.
Después de los primeros compases
dejé de verla como una amiga.
Su cabello recogido
mostraba su exquisito cuello
de tersa piel.
Nuestros cuerpos se juntaron
encendiendo mi deseo dormido,
al sonreírme
sus labios se me antojaron
de una manera febril,
sus ojos
semejantes a bosques primaverales
brillaron cuando los miré.
Adivinaba lo que sentía
y eso…le encantó.
Su fino rostro ovalado
a mi mejilla lo pegó.
El aroma de su cuerpo
era fresco, especiado,
y mi mente
me transportó
a bazares de inciensos,
de frutos madurados.
En ese momento
conocí la fascinación, el deseo.
Separé nuestros rostros
para verla,
para admirarla,
y con automatismo heredado
nuestros labios se rozaron.
Después nos besamos,
al principio con timidez
y luego como si cada beso
mejorara el anterior.
Aprendimos sobre la marcha,
con delicadeza y pasión.
La fiesta, de mis sentidos desapareció,
todo quedó eclipsado,
dejé de oír la música,
los petardos y el griterío,
sólo escuchaba el batir de mi pecho.
El ritmo de la música
debió cambiar
y nuevamente
la pista se pobló.
Sentí un vacío
cuando sus amigas
riendo y bailando
nos separaron.
La cogieron de la mano
y entre giros y ruedas
se la llevaron.
Al igual que a la luna
nubes rápidas y compactas
la ocultaron.
Se fue…
Luego supe que a otra ciudad,
aquella había sido
su última noche
en aquella vecindad.
Desde entonces…
¡Magdalena!
Repite mi mente sin cesar,
cada año,

en la verbena de San Juan.

jueves, 28 de mayo de 2015

Hojas secas

He estado entretenido con unos poemarios y terminando un libro, pero ahora ya está. A ver cómo me van en los concursos literarios a los que los enviaré.
Os adjunto este poema (para hacer boca):

El sonido quebrante de hojas secas,
tras pisarlas, abrió la puerta de la nostalgia,
de nada sirvieron los cerrojos y los portones,
todo eso cayó al ver las ramas desvestidas
de aquellos árboles descoloridos.
Tomas conciencia del paso de otoños,
de la pérdida de tersura en la piel,
del cambio en las prioridades,
sabes que tu tiempo está medido
en un constante reloj de arena blanca,
el cual hace tiempo, no demasiado,
ya se ha volteado y avanza su última medida.
Queda lo que queda, menos de la mitad
de las impetuosas primaveras ya contempladas.
Atrás quedaron besos con la inmensidad
de un mar embravecido,
tactos de piel ardiente
que despertaron el volcán impetuoso
de brisas con aromas de rosas.
Ahora todo eso parece que ha pasado
como un suspiro, como un trote lejano
de una luna llena sobre un efervescente mar.

viernes, 13 de febrero de 2015

Sin nada

He visto alzarse un sol naranja
con estelas de lágrimas sanguíneas.
El aíre aún no se había despertado
y en su ausencia el mar no se movía,
la falsa quietud de su superficie
me recordaba la piel de un anciano,
por sus arrugas, por el bamboleo
de sus comisuras.
¡Cuánta soledad!
En este amanecer de invierno.
¡Cómo me gustaría no tener frío!
Poder bañarme desnudo
llamando al viento
para poder columpiarme
con buenas olas, blancas y plateadas,
ver como el mar
recupera su tersura,
la alegría de su oleaje.
Y yo, allí en medio,
sin nada,
pero con todo.

viernes, 6 de febrero de 2015

Para los que se buscan

Deambulaban
sin ningún rumbo fijo
por calles y plazas,
por puentes sobre ríos.
Iban por los mismos sitios,
incluso en los días coincidían,
pero, el encuentro no se producía.
Entraban en las mismas cafeterías,
el mismo metro tomaban
y aún así sin verse seguían.
El Destino todo hacía
para que todavía
no se produjera el encuentro de los dos,
hizo un esfuerzo titánico El Destino,
ya que aquella pareja
se amaba desde un mundo anterior.
Aquellos dos seres vibraban
en la misma escala del amor,
por eso El Destino los vigilaba,
y colocaba obstáculos entre ellos.
Latían con tal magnitud
que en un descuido
de un sitio que no era posible,
(ya que era una calle bulliciosa),
ella entrando por el norte,
y él saliendo por el sur,
sin previo aviso
los dos bruscamente se giraron
intuyendo que allí
algo muy importante había.
Rápidamente los hados del destino
crearon un barullo
con lluvia incipiente
y con aires de torbellino,
para que no se encontraran los dos.
Aquellos enamorados
debían aprender por separado
con experiencias individuales,
y eso estaba así planificado,
el destino aguardaría
hasta la fecha exacta
para levantar las barreras
y así dar vía libre
para que pudieran reencontrarse.
Los hados estaban convencidos
que cuando eso ocurriese,
el estallido de amor
sería de tal magnitud
que era seguro que la onda
de aquel amor viajaría por el aire
y chocaría con la simiente
de alguna planta,
la cual se modificaría,
naciendo, sin dudar, una nueva flor.

miércoles, 28 de enero de 2015

Pesadilla de un cuentista.

Sueño con desespero,
girando con frenesí,
de un lado, del otro.
Veo hojas de papel,
torbellinos de hojas
en blanco abalanzándose
voraces sobre una mesa,
rebotan, caen, ascienden,
me golpean, me envuelven.
Necesito un lápiz,
he de escribir algo,
busco en mis ropas,
en la mochila, en el suelo,
me encaramo en la mesa
y en uno de los cajones
escondido en la penumbra
descubro un lápiz afilado.
Con él en mi mano
me revuelvo con rapidez,
con la mano libre
atrapo una de las hojas
sobre el tablero de la mesa,
las demás hojas se paran,
se quedan quietas en el aire
expectantes por ver mi escrito.
Sin miramientos
aproximo el lápiz
a la inmaculada hoja,
todo en ese momento
volverá a su sitio
en cuanto escriba,
pero…
mi mano no se mueve,
ni dibujo un punto,
mi mente…está en blanco,
me ha abandonado
para vagar por los mundos,
intentando enriquecerse
de infinitos y diversos sentimientos.
Desde su lejanía
percibe mi inquietud
y amorosamente
siento nuestra conjunción
haciéndome mover la mano,
con lo que dejándome llevar,
al fin esbozo sobre el papel
de un solo trazo
el signo de infinito.