miércoles, 10 de septiembre de 2014

Recuerdos.

Recuerdos.
Algunos se me agolpan
retornando en el viento
como un boomerang plateado,
su elipse
tiene cientos de lunas
en su diámetro estelado.

Primavera.
Aquel año llegó
rematando con sus aguas
el frío que quedaba,
entre bolsas de plástico vacías
y gabardinas mojadas,
así una tarde se encontraron
 y la vida estalló
en aquella semilla dormida
que entre piedras y arena
su tallo irrumpió
con la energía de su luz interior.

Verano.
Brisas de salamandras enamoradas
confirieron frescor a su alrededor
eludiendo las sierras de fuego
que devastan sin razón.
Alegres ondinas azuladas
regaron con agua brillante
el incipiente árbol que brotó.

Otoño.
Entre dulces mimos e ilusiones,
deseando ver más allá
un ángel lo protegió
de riadas callejeras
y de torbellinos de espectros viejos,
haciendo que creciera,
siendo visible en las esferas
tras dos días de beber azahar.

Invierno.
Un luminoso padrino
atento lo miraba,
desviando las heladas
de alientos gélidos,
así resguardado y vivo
crecía y se ramificaba
esperando la estación propicia
donde su flores
a frutos jugosos y delicados
sencillamente transmutaría.

Ahora,
tiene la altura adecuada
con frutos anuales
y en su tronco
hay corazones dibujados

por viajeras estrellas risueñas.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Tal vez

En mis horas bajas,
cuando me siento decaído
como un girasol
en negra tormenta nocturna
recurro a ti,
buscando tu voz de terciopelo,
tus calientes abrazos,
las brillantes caricias
de tus pétalos rosados.

No sé
como reconfortarte
en tu espinado claustro
de flores oscuras.

Tal vez…

¡Dame la mano!
¡Déjame entrar!
Quiero pintar
tu hermético refugio
con paisajes
de esperanzadores colores,
envolverte con sonidos
de aguas cristalinas
rebotando entre desniveles
fabricados con cántaros transparentes.

¡Abre las ventanas!
Que el sol
suspira por entrar
en el brillo de tus ojos
con amaneceres dorados.
La luna
en tus noches estará,
temerosa de tu soledad
enviará soplos
verdes y azulados
de selenio imantado.

¡Deja la puerta abierta!
Pues el amor,
forjado en su primigenia existencia
aguarda una palabra tuya

para posarse en ti con ternura.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Aquella chaqueta...

La chaqueta tejana
era recta
y por debajo de ella
se dibujaban
las formas redondeadas.

Su mirada me premiaba,
enviándome oleadas
de incandescente amor.

Juntos, sonrientes,
y de la mano,
comenzamos a caminar
compartiendo la aventura

de nuestros días.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Hacia adelante.

Pegajosos sueños
me avasallan
con pasados inamovibles,
entre brumas envolventes
que ocultan
la ansiada salida
hacia el mañana.

Por eso he de incorporar
destrezas armónicas
de pulso universal,
cultivando en mi soledad,
comprensión, fe, paciencia,
y cuatro partes…

de magia de amor.