jueves, 4 de septiembre de 2014

Aquella chaqueta...

La chaqueta tejana
era recta
y por debajo de ella
se dibujaban
las formas redondeadas.

Su mirada me premiaba,
enviándome oleadas
de incandescente amor.

Juntos, sonrientes,
y de la mano,
comenzamos a caminar
compartiendo la aventura

de nuestros días.

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