Habrá
un día del otoño
en
el que tendrás que pasear
sin
saber el adecuado por qué,
tan
sólo sentirás un impulso
de
ver el mar y el cielo
en
una quietud inusual.
La
lluvia habrá cesado,
el
viento estará calmado,
y
te darás cuenta de todos
los
tonos que comprenden
desde
azules a encenizados.
No
te desagradará el aroma
que
salado flota en las orillas
de
una playa compactada
que
parece tras el chubasco
una
tierra chocolatada y no
como
en tu estival recuerdo
de
cóncavas arenas claras.
Sin
ser consciente de tus pasos
dejarás
que tus pensamientos
fluyan
desde las estanterías
de
tus recuerdos ordenados,
te
dirás con tono amable
que
esas memorias son pasado
y
entonces, tras el suspiro,
a
quien contenga en su sonrisa
las
líneas de la primavera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario