Imagen propia.
Astrología para los no expertos
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Sencillas nociones de Astrología
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Mateo Redondo Calonge
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Indice
Introducción
Los signos zodiacales
Las casas zodiacales
Los planetas
Introducción
Al
leer revistas e incluso en periódicos nos damos cuenta que hay casi siempre una
sección dedicada a los signos zodiacales.
Ahí
nos informan de lo que depara a cada signo, lo que tenemos que evitar, lo que
podemos conseguir, etc.
Pero
esa información es tan generalista que no sabemos si es verdad que los astros
se comportaran así o si simplemente es para hacernos sonreír, mientras leemos
que la mayoría de los mensajes referidos a nuestro signo no va con nosotros.
¿Por
qué?
Trataré
de poner un ejemplo: Supongamos que se acerca una borrasca a una ciudad, con lo
que el hombre del tiempo (el meteorólogo), da por hecho que al llover en esa
ciudad (la llamaremos UH), todos los que han nacido en UH se mojarán y eso es
lo que expone en su mensaje, añadiendo la recomendación que no se olviden de
llevar paraguas.
Claro
que los que nacidos en UH que están fuera de la ciudad, cuando lo leen se
tronchan de la risa, ya que en el sitio por dónde están de vacaciones no cae
una gota en esas fechas, y no digamos de los que se han ido a vivir a otros
sectores donde el clima no guarda ninguna relación con la ciudad UH.
No
obstante suele haber alguna excepción y esté donde esté hay algún nacido en UH
que hace caso al mensaje sale al otro día con paraguas, por si acaso.
Al
final llovió en UH, pero lo hizo a medianoche, con lo que apenas nadie se mojó.
No fue necesario el paraguas ese día para los habitantes de UH.
En
las siguientes páginas explicaré algunos de los conocimientos necesarios para
poder conocer de una manera sencilla cómo nos afecta la astrología.
Imagen de: Mosaico hebreo bizantino, Sinagoga de Hamat Tiberias.
El zodiaco
está dividido en doce signos, pero como veremos más adelante no sólo eres del
signo en el que el sol estaba “pasando” en el momento de tu nacimiento, sino
que además deberías de saber en qué “casa terrestre” iluminaba el astro rey y
las posiciones exactas de los planetas.
Esta
información se conoce al realizar la Carta Astral del momento del nacimiento,
para ello es preciso saber el lugar geográfico donde ocurrió, y la hora exacta
del acontecimiento.
Con
esto se comienza a complicar la situación de nuestro destino y de los mensajes
que nos llegan. Ya no leeremos la sección del zodiaco igual, si bien no hemos
cambiado de signo (ya que no podemos, viene dado por el nacimiento), podremos
intentar averiguar si lo que dice la revista nos puede o no afectar y en qué
casa terrestre ocurre.
Pero
no es sencillo, la Carta Astral tiene doce particiones del círculo, que son
como doce quesitos que corresponden a las doce casas terrestres, las cuales no
son ni siquiera iguales. En teoría si dividimos un círculo en doce partes nos
saldrá que cada una tiene treinta grados de la circunferencia, pero en la
práctica esto no es así, al girar la tierra alrededor del sol lo hace de forma
elíptica, con lo que habrá casas que puede que tengan treinta grados, pero
habrá otras con menos grados y otras con más.
No
es lo único que hace que las casas terrestres sean peculiares, además hay otro
dato… Cada cuatro minutos se mueven un grado, lo que nos lleva a afirmar que
dos nacimientos en el mismo sitio y en el mismo día con una diferencia de dos
horas (más o menos), tendrán el sol en casas diferentes, con lo que sí que
serán del mismo signo (si en ese intervalo no ha cambiado el signo, ya que
también cambia cada treinta días aproximadamente), pero con matices diferentes.
Las
casas terrestres nos informan de nuestras proyección personal, de cómo nos
podemos ganar la vida, cuáles son nuestros amigos afines, cómo es nuestro
hogar, qué podemos transmitir, qué labores debemos realizar (de forma
altruista), cómo es nuestra pareja, con qué nos apasionamos, a dónde nos
gustaría viajar, qué puntos fuertes poseemos, si tenemos “padrinos” que nos
ayudarán en momentos cruciales y qué debemos al universo (cosa que en la
mayoría de los casos no lo recordamos, ya que llegamos aquí sin una memoria
activa, pero puede que nuestro karma tenga enlaces pendientes de cerrar).
Esta
es la pincelada sobre las casas terrestres, pero, esto no se ha acabado, para
activar su naturaleza se necesita el interruptor, el cual es “pulsado” por el
planeta o planetas que estén situados en las casas.
Tenemos
diez planetas que son los responsables de la activación de las casas, que son:
el Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y
Plutón. Y cada uno de ellos tiene una naturaleza distinta, sus pulsos son
diferentes. Además entre ellos pueden tener, según sus posiciones en la Carta
Astral, relaciones armónicas o todo lo contrario, y esa fluidez entre ellos se
plasmará en las casas terrestres.
En
resumen, tenemos doce signos zodiacales que cambian cada treinta días (más o
menos), sobre ellos doce casas terrestres que cada cuatro minutos avanzan un
grado, y diez planetas que activan las casas de manera particular.
Las
combinaciones son muy diversas y con una amplia gama de colores. No obstante en
los siguientes capítulos conoceremos las directrices generales de cada signo,
de cada casa y de cada planeta.
Recuerdo
cuando era un ignorante en esta materia (ahora algo deduzco), que en una
reunión de amigos me presentaron a una mujer que al momento de charlar nos dijo
su signo zodiacal y su Ascendente, con lo que mi curiosidad me hizo preguntarle
cuál era el significado, lo que me respondió era confuso y dio por sentado que
eso era algo maravilloso y superior, luego me preguntó por el mío, cosa que yo
desconocía y así se lo dije y además añadí que tenía un tío que era de Granada.
Las risas de los amigos en común no le debieron hacer gracia y ya no volvió
(según me dijeron), a repetir de forma “victoriosa” su signo y su Ascendente, y
tampoco me volvió a dirigir la palabra. Hubo quien le regaló un libro donde se
explicaba algunos matices del zodiaco, pero ella tras leerlo (así suponemos
todos), sólo comentó que aquel libro no le decía nada.
Si
observamos la naturaleza vemos que hay cuatro fases en el desarrollo de un
árbol. La primera es la de la semilla que rompe su envoltorio, se arraiga en la
tierra y comienza a crecer. La segunda fase es cuando termina de crecer,
preparándose para florecer. La tercera fase es cuando después de la flor, la cambia
transformándola en un fruto, en cuyo interior lleva réplicas de la semilla
original. La cuarta fase es cuando esa o esas semillas buscan encontrar una
tierra donde arraigar, con lo que la tercera y cuarta fase son simultáneas.
Así
el universo hace lo mismo con nosotros, necesitamos esas fases para captar e
interiorizar la información que nos llega, por eso hay tres signos de cada
elemento. Tres signos de fuego, tres de agua, tres de aire y tres de tierra.
En
el primer signo de cada elemento nos llega la chispa de su naturaleza y debemos
hacer que arraigue en nosotros, en el segundo con paciencia y esfuerzo termina
de crecer y en el tercer signo de cada elemento da el fruto, o lo que es lo
mismo, exteriorizamos sus cualidades.
Todo
sería sencillo y fácil si fuéramos colaboradores con el pulso universal, pero
para desdicha nuestra no es así, en nuestro devenir por este plano, nos hemos
saltado algunos tramos (no todo nos gusta), en otros tramos hemos pasado de
puntillas sin querer comprender su naturaleza y ha habido sitios en los que nos
hemos encontrado tan bien que no queríamos seguir avanzando y ha costado un
gran esfuerzo que lo abandonemos, sería como encontrar un oasis en medio del
trayecto y no desear seguir adelante.
La
alternancia está en la mayoría de la naturaleza, tenemos cuatro estaciones para
que podamos ver esos cambios necesarios para adaptarnos y seguir avanzando.
Hay
cuatro elementos: Fuego, Agua, Aire y Tierra.
El
orden de los signos en el zodiaco es el siguiente:
Aries,
Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio,
Acuario y Piscis.
Los signos zodiacales

El
segundo signo de fuego es Leo, aquí la chispa de Aries ya ha arraigado y en
este signo el calor de ese fuego ha crecido y corre por nuestro interior, con lo
que las personas que reciben su influencia se sienten como si ellos estuvieran
en poder de la verdad absoluta, manifiestan lo que dentro de sí mismos corre
con un calor que no tiene parangón. Es un signo de fidelidad, de una creencia
innata en lo que llevan dentro. Su punto débil es el corazón.
El
tercer signo de fuego es Sagitario. Aquí ya ha nacido la flor y de ella ha
surgido el fruto, con lo que se necesita llevar al mercado para que todos
puedan ver, oler y saborear la calidad de lo que ha surgido. Los nativos de
este signo son inquietos por naturaleza, de ahí les viene la continua necesidad
de viajar, de desplazarse, aunque sea por unos momentos, escaparse de su rutina
diaria, de conocer nuevos paisajes, de asimilarlos y así podrán explicar lo que
han visto junto con sus opiniones personales. Es mejor no confinar a los
nativos de este signo, ya que su desesperación por salir los marchitará. Su
punto débil son los muslos.
Tras
la iniciativa de los signos de fuego surge la duda si es lo correcto cómo se
está desarrollando la progresión, ¿saben dónde está el norte?
Realmente
ni siquiera miran la brújula los signos de fuego, se movilizan por puro
instinto, con lo que es necesario asimilar que es lo más importante.
Lo
esencial es el amor, con lo que los signos de agua intentarán que percibamos
ese sentimiento de una manera sencilla, ya que todo lo que basemos en el amor
tendrá unos fundamentos que enriquecerá nuestro interior.
El
segundo signo de agua es Escorpión. Aquí la semilla del amor ha crecido de
manera que la pasión hace a los influenciados por este signo que deseen
fabricar cosas, objetos, sienten la necesidad de modelar en un plano físico la
pasión que les embarga. Su punto débil son los órganos reproductores, tanto en
la mujer como en el hombre.
El
tercer signo de agua es Piscis, aquí el fruto de ese amor que poseen les hace
ser indecisos, con lo que a veces se pierden en unos pensamientos sin sentido
que los hace infelices. Sirven para casi todo, en todos los círculos son
bienvenidos, pero su constancia para las cosas les cuesta mucho, su pensamiento
va por un camino y la realidad por otro. No obstante intentan exponer ese amor
que llevan dentro, se volcarán para conseguirlo hasta su máximo punto personal.
Este signo está situado en la última posición del zodiaco, al igual que
nosotros, que somos la última creación del universo, con lo que debemos
reflejarnos en este signo y tratar de mejorar el amor que exponemos. Su punto
débil son los pies.
Con
los signos de aire comenzamos (en teoría), a aprender a pensar, a intentar que
el raciocinio sea equitativo y se pueda unir la voluntad del fuego y el amor
del agua sin que nada salga perjudicado.
El
primer signo de aire es Libra, su comienzo coincide con la llegada del otoño
(en el hemisferio norte). El emblema de este signo es una báscula, un intento
de equilibrar lo que es difícil de ensamblar, el agua y el fuego no son
aliados. Así que los influenciados por este signo tratarán de que partes
enfrentadas lleguen a acuerdos, pero como no tienen experiencia la mayoría de
las veces se verán frustrados al no poder conseguir pactos equitativos, en
todas las reconciliaciones en las que pretenderán ayudar. Su punto débil son
los riñones.
El
segundo signo de aire es acuario. En este sector las ideas ya han crecido y
tienen la suficiente información para saber el porqué de cómo funcionan las
cosas, las experiencias vividas en Libra (prueba, error, prueba, error, prueba,
…), ya han aportado unos conocimientos que servirán para descifrar el
funcionamiento de todo. Es el signo de los “manitas”, los que comprenden que
piezas se han de cambiar y como ensamblarlas, aunque alguna vez puede que se
pierdan en sus pensamientos. Su punto débil es la pantorrilla.
El
tercer signo de aire es Géminis, conocido como los gemelos. Aquí se debería dar
las ideas necesarias para la convivencia, deberían dar ejemplo haciendo lo que
predican, pero una cosa es decir lo que tienen que hacer los demás y otra bien
distinta es lo que se tiene que hacer de forma particular. Son hábiles
exponiendo ideas (como no, son los que exteriorizan el elemento aire), pero les
gusta estar en segunda fila (una situación cómoda), para luego explicar cómo se
tenía que haber hecho, en caso de que no hubiera salido bien. Su punto débil
son los pulmones.
Tras estos pasos de Voluntad (fuego), Amor-Sabiduría (agua), Comprensión-Inteligencia (aire), llega el momento de materializar el "proyecto".
Tras estos pasos de Voluntad (fuego), Amor-Sabiduría (agua), Comprensión-Inteligencia (aire), llega el momento de materializar el "proyecto".
El
primer signo de tierra es Capricornio, su comienzo coincide con el del invierno
(en el hemisferio norte). Tras la voluntad del fuego, el amor del agua y las
ideas del aire, este signo debería ayudar a encontrar los materiales adecuados
para materializar el proceso de nuestra evolución. Capricornio nos debería
indicar que tipo de construcción se adecua a nuestras pretensiones, y dónde
levantar nuestra casa material. Es la semilla que sabe dónde arraigar, en qué
tierra será fructífera. Serían los influenciados por este signo los perfectos
arquitectos. Su punto débil son las rodillas. El animal que lo representa es un hipocampo.
El
segundo signo de tierra es Tauro. Aquí ya hemos construido, con lo que aquí
toca es disfrutar de lo edificado. Es un signo que no entiende de penalidades,
ni de estrés. Los influenciados por este signo tienen claro que si se esfuerzan
es para conseguir una recompensa, un viaje de placer, una cena especial, una
ropa a la última moda, etc. Es el signo del placer de las cosas terrenales. Su
punto débil es la garganta.
El
tercer signo de tierra y el último es Virgo. Aquí se comienza a intuir que el
camino se acaba y suelen ser los influenciados por este signo meticulosos,
hasta extremos que a veces rozan la paranoia. Les gusta ahorrar, guardar todo
lo que puedan, aunque a veces tienen una explosión de generosidad que los hace
entrañables. Su punto débil es el hígado y el sistema nervioso.
Semilla,
árbol, fruto,… Estos son los pasos de la naturaleza, al igual que debería ser en todo lo que nosotros deseemos emprender.
Para
eso deberemos gestionar el rechazo inicial que surge en el cambio del tipo de
signo. El fuego y el agua no se llevan bien, tampoco el agua y el aire, y no
van a ser menos el aire y la tierra, ni tampoco la tierra con el fuego. Pero sí
que se llevan bien el fuego y el aire, al igual que el agua con la tierra. Al
parecer debe haber un signo por el medio que sea el que reciba el rechazo del
cambio.
El
conciliar los diferentes elementos es el máximo equilibrio al que podamos
llegar. Por eso la naturaleza con su gran sabiduría nos da tres signos de cada
elemento, para que podamos gestionar por partes toda la información.
Nuestra
riqueza interior se basa en las diferentes alternativas de que disponemos
caminando por el zodiaco.
Ahora
bien, los interruptores que hace que un signo o la casa que en él esté entre en
funcionamiento, es activado por los planetas y cada uno de ellos es de una
naturaleza diferente, sus objetivos (aunque comunes), transcurren por
prioridades que no son con precisión las mismas. Cada planeta tiene su sonido,
su color, y dictamina cómo se ha de desarrollar el movimiento.
Además
hay que añadir la convergencia de las casas sobre el zodiaco, ya que a menudo dichas
casas sobre el signo que le ha tocado no guarda similitud y crea confusión al
individuo que posee esa combinación. Por ejemplo, imaginemos el Ascendente (la
casa número uno), en Libra:
El
primer signo del zodiaco es Aries, con lo que su esencia impregna la casa I,
con Libra tiene en común que los dos son los primeros signos en sus respectivos
elementos (Aries en el fuego y Libra en el aire), pero ya me dichos antes que
Libra al ser el primer signo de aire, no tiene experiencia en cuanto a saber
cómo solventar situaciones con ideas satisfactorias. Aries lo empujará a hacer
cosas, a tomar la iniciativa en lo que sea, pero Libra se verá sobrepasado y
dudará buscando hacia dónde dirigirse, lo que le hará ser impreciso y
dubitativo en muchas ocasiones. Lo bueno en este caso sería no tener ningún
planeta en la casa I, de esa manera no se activaría.
Las casas zodiacales
La casa I (o Ascendente), es
la casa que comienza a emerger por el firmamento en el momento del nacimiento.
Es la casa que nos debe indicar qué perseguimos, que es lo que debemos aportar
al mundo, es la chispa que nos hará movernos en la dirección de la naturaleza
del signo. La casa pone el empuje y el signo marca en qué debemos poner nuestro
esfuerzo.
Pero no olvidemos que son
los planetas los que tienen el interruptor para que esto se de en esta casa o
en las siguientes (que veremos a continuación), si no hay planeta tendremos esa
combinación que nos acompaña pero no estará activa al completo.
La casa II es la del dinero
que ganaremos con nuestro trabajo, dónde esté situada nos indicará que clase de
trabajo será el que mejor nos conviene o la manera de adquirirlo. Ejemplo: Una
casa II en Sagitario (sin planeta), nos hará viajar la mayoría de nuestra vida
laboral, será difícil que tengamos el trabajo cerca de nuestro hogar. Con
planeta (dependiendo de su naturaleza), sería conveniente que la persona se
dedicara a trabajos relacionados con la sanidad, la escritura, la abogacía,… No
olvidemos que Sagitario es el tercer signo de fuego y tiene que “expulsar” ese
calor que lleva dentro, compartiendo sus íntimos conocimientos (aunque a veces
no saben cómo los tienen), con los demás.
La casa III nos indica en
qué círculos nos movemos, cómo son nuestros amigos, con quién nos gusta estar.
Ejemplo: La casa III en Capricornio nos hará buscar estar “aislados”, tener
pocas amistades, pero excelentes. En cambio una casa III en Piscis nos hará
movernos por muchos círculos diferentes, conociendo un sinfín de personas, pero
la amistad será ocasional, sin llegar a consolidarse, aunque se traten temas
personales en ambos sentidos.
La casa IV es la del hogar,
la de nuestra intimidad, el principio del amor. Recordemos que las casas
coinciden con el zodiaco, con lo que la casa número IV es la correspondiente a
Cáncer. Aquí nos indica cómo es nuestro hogar, a qué tipo corresponde. En la
mayoría de los casos las casas terrestres no coinciden en extensión con el
zodiaco, con lo cual muchas casas toman parte de dos signos, esto nos indica el
cambio que habrá a partir de un tiempo, además de los planetas este cambio
también repercute en la vida de la casa terrestre.
La casa V tiene varias
interpretaciones, algunos antiguos manuales nos dice que es la casa de la
suerte, otros nos habla de la enseñanza, pero no exactamente así. Si en el
zodiaco la casa V corresponde a Leo y anteriormente hemos dicho que es el
segundo signo de fuego, lo que se traduce a que esta casa nos dirá el potencial
que corre por nuestro interior, qué fuego divino acumulamos, de ahí viene lo de
la enseñanza, ya que podemos explicar con claridad lo que tenemos pues es lo
que sentimos, lo que forma parte de nosotros. En cuanto a lo de la suerte tiene
parte de razón, ya que es una suerte poder dar a conocer lo que llevamos
dentro. También se le asocia las vacaciones, el romper la rutina para poder
hacer lo que deseemos.
La casa VI es otro cantar.
La parte de altruismo del universo se cierne en esta casa. Nos indica qué
debemos realizar en la comunidad de forma gratuita, es un servicio que hay que
prestar. Se tiene que estar atento cuando el Sol transite por esta casa, y así
poder dar nuestro altruista empujoncito a que el mundo sea mejor. Siempre es
mejor ser acreedor de favores que deudor, aunque para los más obstinados se les
formarán malos aspectos en esta casa, con lo que por obligación tendrán que dar
lo que sea necesario, lo que indique la casa y si tienen un planeta “el
trabajito” será incuestionable, el universo entero se pondrá de acuerdo para
que así sea.
La casa VII nos habla de la
pareja, qué nos atrae, cuál es el tipo que buscamos. Si hay un planeta en esta
casa nos dirá que encontraremos a alguien que dejará huella en nosotros, será
un amor de película (dependiendo del planeta), para una mujer si en este casa
aparece Marte, es que encontrará lo más próximo a su media naranja y para un
hombre si aparece Venus en la casa será también cómo si encontrase a su alma
gemela. Más de un planeta nos indicará que tendremos más de un amor de
película.
La casa VIII nos dice qué
nos apasiona en nuestro interior. Esos instintos que nos mueven y que sólo
nosotros sabemos. Dependiendo de dónde esté la casa, indicará a los demás y nos
recordará a nosotros mismos cómo somos en nuestro escondite secreto. Si nos
domina el pensamiento, si nos desbordan los sentimientos, si deseamos poseer la
tierra, si queremos ser un famoso explorador,…
La casa IX nos indica el
lugar adonde deseamos viajar. Cómo serán nuestros viajes, nuestros
desplazamientos. Si serán de placer, por obligación, si iremos acompañados. Una
casa IX en Cáncer nos hará buscar la fuente del amor, viajando a cualquier
rumbo ya que no sabemos dónde está, hasta que un buen día el viajero se de
cuenta que no hay que ir lejos para descubrir su latido, ya que está dentro de
él, entonces se sentirá completo y sus “viajes” cesarán de forma natural. A
veces no hay que ir a buscar lo que ya poseemos.
La casa X dice en qué somos
maestros, la casa X también se la conoce como “Medio Cielo”, es la casa que
está en la cúspide de la circunferencia, es la casa opuesta a la casa IV. En la
casa X encontramos la mayor iluminación, con lo que es lo que mejor conocemos,
la luz que hay en ella nos hace verla sin que ningún rincón quede en penumbra. Por
ejemplo una casa X en Virgo nos hará buscar las claves del universo, ya que en
necesario conocer el porqué de las estaciones, etc. Aunque también en esta casa
se puede dar el rol de la búsqueda de algo químico que pueda ayudar a la mejora
de la población.
La casa XI nos habla de los
“padrinos”, de aquellos que tenemos que en un momento determinado nos pueden
ayudar para salir de una situación molesta o también los que nos pueden
apadrinar en cualquier empresa que comencemos. Dónde esté la casa XI nos
indicará que tipo de ayuda desinteresada recibiremos, si será económica,
sentimental, etc. Una casa XI en Tauro nos dará unos padrinos que nos ayudarán
a saborear las cosas, serán maestros de ceremonias en los placeres mundanos.
La casa XII es la severidad,
aquí si hay algún planeta ya podemos empezar a rezar. Aquí se ha de pagar la
deuda que podríamos tener con el universo. Se ejecutará en su totalidad lo que
cree el planeta con el signo del zodiaco donde esté situada la casa XII. Si
tenemos alguna deuda kármica, aquí es dónde con un poco de suerte quedará
saldada.
Los planetas
Antes de profundizar en la
naturaleza de los planetas, es necesario recordar que entre ellos suelen formar
aspectos, que pueden ser armónicos (buenos aspectos) o mal aspectados (que no
están en armonía). Y también pueden acompañar o frenar el Ascendente, el Medio
Cielo y el principio de cualquier casa.
La distancia en grados entre
ellos nos informará sobre los aspectos que forman, estos son a los que debemos
estar atentos.
Si están cercanos (a una
distancia no superior a 5º), se dice que están en conjunción. En teoría este
aspecto es favorable. Pero que estén dos planetas tan cerca en un punto
determinado de una Carta Astral, nos puede acarrear problemas, ya que cada uno
de ellos tenderá a imponer su naturaleza, con lo que puede ser que el “dueño”
de la Carta se sienta machacado, de buen rollo, pero machacado.
A 60º (sextil), nos informa
que están ligeramente de acuerdo esas fuerzas, que van en la dirección adecuada
y que pueden ser aliados.
90º (cuadratura), aquí llega
el aspecto que pone todo patas arriba, es la entrada de una lucha en el
individuo portador de la Carta Astral. La influencia que envía el planeta es
contraria a la naturaleza del planeta que la recibe, con lo que esa persona
deberá aprender a vivir con esa presión e intentar minimizar esa fuerza.
120º (Trígono), aquí los
planetas van al unísono. Si miramos las casas veremos que las dos donde están
situados los planetas, corresponden al mismo elemento, con lo que son
familiares. Es una situación idílica.
180º (oposición), cada uno
de los planetas se encuentran enfrente uno del otro, entre los dos tendrán la
visión completa de donde están situados. Cada uno de ellos ejercerá de espejo
del otro, con lo que verán que tienen y como se están desarrollando. Es una
situación enfrentada, pero hay una atracción mutua, si sabemos armonizar sus
conocimientos nos libraremos de unas disputas interiores que no nos conducirán
a nada.
Estos son los aspectos más
destacados en la astrología convencional, pero como aquí tratamos de conocer
algo más, referiré dos aspectos que pasan desapercibidos y son clave en nuestra
evolución, ya que si los tenemos, son un auténtico regalo.
En los aspectos descritos
anteriormente se dice que puede haber un margen de 5º, en estos aspectos que
vamos a leer ahora, esa diferencia no puede existir, tienen que estar a esos
grados exactamente.
Los aspectos son a 72º y a
144º (que es el doble de 72º). Quién posea planetas con estas precisas
distancias, tiene en su mano el poder realizar un trabajo que está más allá de
lo convencional. En el plano esotérico sería como un “iniciado” en fase de
materializar algo que está escrito en un plano superior. Esto no quiere decir,
que quien no tenga ninguno de estos aspectos no sea una persona evolucionada,
pero estos aspectos se les da a la persona para que los pueda emplear, así
podrá “despertar” la sensibilidad que está con él o con ella, pero en fase de
hibernación.
Si dividimos 360º entre 5,
nos da 72º. Aquí tenemos las cuatro fases de las que hablaba al comienzo y una
fase más que es el compendio de ellas, toda la información de los procesos. La
semilla y el árbol.
Comenzaré por el Sol. En el plano físico es el centro de nuestro sistema, todos los planetas giran alrededor de él (salvo Plutón, pero ya veremos más adelante porqué nos afecta).
El Sol representa nuestra
voluntad, pero eso miramos dónde está situado en el momento de nuestro
nacimiento, nos indica el signo que “vacía” sus esencias en nosotros, que nos
baña cuando emergemos en este mundo.
Hay estudiosos que
dictaminan que no es exactamente nuestra voluntad, que de alguna manera
(volvemos a lo dicho anteriormente), son puntos que debemos de asimilar con lo
que a veces son situaciones forzadas el nacer en un grado en concreto.
La influencia del Sol en
cualquier Carta Astral es de primera magnitud, es el astro rey, es el que
ilumina el firmamento, la estrella de nuestro sistema. Con lo que es de vital
importancia su posición.
Una parte considerable de
nuestro ser estará en concordancia con los puntos que ilumine el Sol, debemos
por qué Casa transitaba en el momento de nuestro nacimiento, que aspectos forma
con otros planetas, sin son armónicos o si no están en concordancia. Si lo
hacemos podremos descifrar una buena parte de lo que nos acontecerá.
El Sol es el regente de Leo
y también de nuestra Casa V.
Nuestra voluntad será una
con la naturaleza del planeta que esté situado en nuestra Casa V y su
contenido.
La luna representa nuestra
imaginación, entre otras cosas, los aspectos que forme ella o que formen con
ella, afectará a nuestra psique, a nuestra fertilidad, a nuestro equilibrio
emocional. Todo esto nos lo indicará con la posición que ocupe en la Carta
Astral, también está relacionada con nuestra madre y nos dará información de su
manera de ser.
Cada veintiocho días la Luna
forma una nueva luna, se posiciona entre el Sol y la Tierra, es ese punto dónde
nos dirá que Casa de nuestra Carta se activa.
Hemos visto que a la Casa V
se le asocia las vacaciones y no es de extrañar ya que se asemeja a Leo y en
este hemisferio, mayoritariamente las personas suelen hacer las vacaciones en
ese signo (del 21 de julio al 21 de agosto, más o menos). Pues bien, si en un
año dentro de nuestra Casa V no hay una luna nueva, es casi seguro que ese año
no tendremos vacaciones en el amplio sentido de la palabra, tal vez tengamos
vacaciones laborales, pero algo ocurrirá que nos será difícil tener unos días
de sosiego y tranquilidad. No obstante teniendo una lunación en esa Casa, el
universo nos está diciendo que podremos programar esas vacaciones y es más, en
ese mes (el de la lunación en nuestra Casa V), haremos o programaremos alguna
escapa o las mismas vacaciones.
La Luna es la regente de
Cáncer, con lo que también es la que rige nuestra Casa IV.
A través de la Luna
tendremos esa percepción de otros mundos, de esa sensibilidad por otros planos,
de visiones de futuros prometedores, eso será lo que nos llegué si hay algún
planeta en nuestra Casa IV bien aspectado. Con malos aspectos las imágenes
estarán distorsionadas, y serán caóticas, haciendo que nuestra psique no
descanse.
Mercurio nos indicará
nuestra percepción de las cosas, si nuestra mentalidad captará el desarrollo de
su funcionamiento. Si seremos hábiles en trabajos intelectuales, si nuestras
ideas serán claras. Malos aspectos llevarán a continuos ataques de nervios a
quién así lo tenga en su Carta, además de los consiguientes altibajos en la
formación de ideas y conceptos.
Mercurio es el planeta
regente de Géminis y Virgo, con lo que será el regente de nuestras Casas III y
VI.
Rige la cordura, el
entendimiento, el equilibrio mental. Necesita mucha luz para que el pensamiento
no se “oscurezca”, de ahí que en el plano físico sea el planeta más cercano al
Sol. También se le asocia el comercio, los intercambios, el transporte.
Venus es el planeta de la
belleza, de la seducción, del amor. Es el que nos llevará a gozar de lo
material, el que nos ayudará a expresarnos con delicadeza, aunque también a
través de Venus conoceremos el mensaje de ese amor que sobrepasa cualquier
expectativa.
Venus es el regente de Tauro
y Libra, en nuestras Casas regirá las Casa II y la Casa VII.
Su posición en la Carta nos
indicará dónde está nuestro gran amor, si será de cuento o tal vez si nuestro
anhelo no es correspondido como deseamos.
Unos malos aspectos nos
darán relaciones tempestuosas, agrias.
Ya he dicho que las Casas
son activadas por los planetas, pero algunos están situados al principio de la
Casa o por el centro o en su terminación, para saber cuándo sus impulsos entran
en nuestra Carta se tiene que hacer una sencilla regla de tres: si el planeta
está situado en el medio de nuestra Carta, entrará en vigor su “soplo” en la
mitad de nuestra vida, si está en el inicio, será a una edad temprana o si se
encuentra más avanzado, se activará cuando estemos avanzados de edad.
Marte nos dirá cuál es el
esfuerzo que debemos realizar. Es un planeta riguroso, aquí es donde debemos
ponernos a trabajar, donde todo necesita una dedicación, un esfuerzo. Con
buenos aspectos nos regalará la fragua, el fuego y el hierro para que moldeemos
lo que sea necesario a base de trabajo. Mal aspectado tendremos carencia de
hierro en nuestro organismo y nos costará encontrar empleo, aunque los
políticos hagan todo lo posible para reactivar la economía (es broma, ya que no
es esta su prioridad), con lo que seguiremos con un elevado desempleo.
Marte rige Aries y Escorpio,
nuestras Casas I y VIII.
Saturno, Marte y Mercurio
son los planetas más rigurosos, los más permisivos son Urano, Júpiter y Venus y
los que están equilibrando las tendencias de todos los anteriores son Neptuno,
el Sol y la Luna.

Júpiter rige Sagitario y
Piscis, las casas IX y XII.
Con buenos aspectos nos dará
un marco confortable, prestigioso y reconocido por todos, donde la abundancia
es algo cotidiano. Mal aspectado hará que el rayo nos persiga, con lo que
cuando llegue la tormenta deberemos encomendarnos a todos los santos para no
ser alcanzados.
Saturno es el que desde su
lejanía nos da el impulso necesario para poder materializar su designio, el que
esté marcado en la Carta Astral. Sin ningún titubeo se pondrá a enviar lo que
se precise. Para ello debe perder parte de su luz, ya que si no lo hiciera no
nos llegaría su hoja de ruta, es el precio que está dispuesto a pagar por
ayudarnos, por eso tiene fama de serio, de riguroso y de estar poco brillante,
lo cual no nos ha de extrañar, pues renuncia a parte de su luz y de su libertad en beneficio
nuestro.
Rige los signos de
Capricornio y Acuario, las casas X y XII.
En Capricornio nos enseñará
que materiales nos son necesarios y como combinarlos para construir y en
Acuario nos “soplará” el funcionamiento de las cosas, con aspectos benévolos en
ambos casos. Con malos aspectos hará que lo que construyamos tenga un aire más
precario de lo debido y que sea fácil de derribar, empezando por nuestra propia
estructura corporal, y por supuesto que no sabremos el porqué de la dinámica de
las cosas.
Urano es el planeta que nos
recuerda que en nuestra andadura necesitamos amor, un amor desinteresado, amar
sólo por el hecho de amar. Su posición en la Carta Astral nos indicará dónde
tenemos esa fuente lejana, en la cual podemos bañarnos para ser inocentes como
niños.
No rige ningún signo
zodiacal, ya que su amor no hace distinciones entre ninguno. Envía su amoroso
mensaje de forma continua y por igual a todos, es como una dulce lluvia que cae
sin hacer distinciones.
Los buenos aspectos con
otros planetas nos indicará la porción de amor universal que nos llegará, mal
aspectado hará que ese amor no nos llegue.
Neptuno es el planeta más
alejado del sol, es el que con su órbita “cierra” nuestro sistema solar. Donde
esté situado nos indicará la ayuda que recibiremos de altas esferas, con lo que
nos está diciendo cómo se comportará con nosotros nuestro padre, en que esferas
se mueve y que podemos esperar.
Al igual que Urano no rige
ningún signo zodiacal en particular, ya que lo que continuamente envía a todos
es la voluntad de hacer cosas, de crear experiencias. Con buenos aspectos
desearemos realizar lo que nos indique el punto donde está situado, con malos
aspectos tendremos experiencias desastrosas y nos moveremos por ambientes
opresores.
Plutón es un planeta que no
es de nuestro sistema solar, sin embargo su órbita hace que entre en el
sistema, interfiriendo en las emisiones de los planetas.
Hay que tenerlo en cuenta,
ya que su actitud no es amigable.
Habrá que mirar dónde está
situado y qué aspectos forma.
La astrología no debe
condicionar nuestras vidas más allá de unas conclusiones que nos hagan conocer
lo que nos pueden deparar los astros.
Saber nuestros puntos
fuertes y esforzarnos en “aprobar” los puntos que a priori nos parezcan
conflictivos, nos ayudará a progresar adecuadamente (como en el colegio).
Espero que esta información os sea de utilidad.