lunes, 1 de diciembre de 2014

Desafinado

Hoy me encuentro desafinado,
mis notas, pocas, no son claras,
incluso me cuesta vibrar.
Mis pensamientos se atropellan
y las sensaciones que albergo
se desplazan con lentitud,
son pegajosas, aglomeradas, tristes,
el alma está floja, cansada.
A lo mejor no estaba preparado
para mimetizarme con el entorno;
algo me retiene en el avance,
será que solo no deseo continuar,
así debe de ser…eso espero.
Mientras tanto combatiré
la fatiga que me produce
intentar que los colores
no se difuminen
al perder sus caducas hojas,
al querer entender
los sonidos que no pasan
de murmullos que gotean
sin llegar a enlazarse
en los globos del viento.
No estoy centrado,
mi mente se dispersa
dejándome sin ese aire
que necesito en mis velas,
me quedo en una quietud
que parece eterna,
en una calma chicha
donde todo es indolente.
¡Ah!
Acabo de notar un soplo
en mi asombrado rostro,
ha sido el efecto
de un rebelde pensamiento
que ha cruzado
como un aullido
el sitio que me circunvala.
Ahora sé lo que frena,
conozco lo que me atenaza,
estúpidamente he dejado
que me envolviera
sin percatarme de su avance,
es la pétrea… soledad.



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